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MONUMENTO

   Lo que dejamos en el camino

Texto original de Alejandra Wolff

La obra Monumentos, del artista Alfredo Méndez, consta de una serie de fotografías en blanco y negro que exponen mediante el desenfoque, la figura de un prócer nacional habilitado por el oficialismo patrimonial. Al límite de su desfiguramiento, estas estatuas han sido “sobreexpuestas” al espacio de lo irreconocible. Sometidos al registro de la tecnología óptica, los emblemas patrios instalados en la ciudad, parecieran temblar ante su inminente desmaterialización. Capturadas en el límite de este desvanecimiento, estos monumentos, literal y visualmente, transforman su solidez en estado gaseoso para devenir mancha, residuo, olvido o ceguera.

Las fotografías de Alfredo testimonian los debates que giran en torno a un cuerpo patrimonial que se halla en disputa. Sus imágenes suspenden el tránsito habituado y habitual del encuentro con el imaginario oficial que pretenden representar. El fondo blanco sostiene la perspectiva desde la cual acostumbramos a mirar el orden hegemónico. Pero esta vez, la luz extrema del cielo, no ilumina, borronea la fijeza de un pasado que se encuentra en entredicho. 

Estas fotografías acusan la duda de lo que somos, delatan la ambigüedad de los andamiajes que han construido nuestra historia y exponen sutilmente el desvanecimiento de un imaginario pasado que ya no nos representa. 

La monumentalidad con la que ha sido representada la Historia oficial a través de las “conquistas” militares, los estereotipados cuerpos equinos y la rigidez de la potencia idealizada de los cuerpos masculinos, se vaporiza literalmente en estas imágenes. El registro óptico de la tecnología moderna deslocaliza el entorno urbano en el que se estos monumentos se emplazan, extrayéndolos del espacio público del que hasta ayer se habían perpetuado.

Monumentos es una serie de imágenes que exponen la crisis del discurso institucional bajo el cual la hegemonía ha dado lugar a la memoria, y no es casual que sea el registro fotográfico el que lo evidencie, pues la muerte ronda alrededor del pasado tal y como los recuerdos se documentan en la extrañeza de vernos capturados en el gesto fijo de la foto. 

En estas imágenes la escala monumental que condiciona el sentido y el valor de los espectáculos nacionalistas, queda reducida a la mancha claroscura de un espectro, evocando una mirada que parece desaparecer entre quienes desde el suelo observamos el inicio de un nuevo proyecto.  

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